Rusia aprovechó los fallos de Lituania para poner un primer 12-1 en el marcador doloroso. Un trabajador Kirilenko y un imparable Aleksey Savrasenko, guiados por un sensacional Holden, se bastaron para complicarle las cosas a los hombres de Ramunas Butautas. Ni las penetraciones ni los lanzamientos lejanos (2/8 –igual que ante Croacia-) les entraban a los lituanos, que veían como en cinco minutos tan sólo marcaban tres puntos y acumulaban estadísticas de equipo pobre, pobrísimo, al nivel de los Portugal, Israel o Turquía. Y la culpa la tenía, como no, la extraordinaria labor defensiva. Con 18-3, Butautas sustituyó a Jasikevicius, el carácter del equipo, pero que no funcionaba como de él se espera. El lituano acumula todo lo que quiere un técnico de un jugador, pero en los primeros minutos notó en demasía sus problemas físicos tanto en la rodilla como en el muslo. Más lento de lo normal y sin fortuna en los tiros de tres. Con éstas, entró Simas Jasaitis para intentar solventar el desnivel en el marcador, pero ni así se pudo maquillar una primera parte con contrastes (25-12) que llegó a tener diferencias de 15 puntos. En el segundo cuarto entró de nuevo Jasikevicius, pero la efectividad rusa proseguía sin antídoto alguno. Los errores se repetían y no podía hacerse otra cosa que impedir que la renta rival aumentase. Ya era mucho. Y se logró. Butautas marcó una defensa mucho más cerca de los hombres interiores y provocó que los rusos se jugasen muchos lanzamientos, que no entrarían y reducirían los porcentajes y la posibilidad de llegar al descanso con 50 puntos. Blatt no lo veía claro ante el leve cambio, pero seguía viendo a los suyos por delante. Rusia había perdido fuelle y Lituania mostraba que su potencial aumentaba en pequeñas dosis. Algún triple, alguna jugada individual, algún rebote, pero sin la continuidad exhibida en los primeros encuentros del EuroBasket 2007. Jasikevicius tuvo en su poder la posibilidad de reducir a cinco puntos la diferencia en el ecuador del encuentro, pero cuando restaban los mismos segundos para el final cedió mal para Siskauskas, con lo que se conformaron con un optimista 40-33. Podría haber sido peor, mucho peor después del arranque de Kirilenko y compañía. A 7.20 minutos para el final del tercer cuarto Jasaitis marcó un nuevo triple que situaba el partido en 45-42. La afición lituana despertaba de golpe. Como cuando Víctor Khryapa había fallado un mate en una escapada ante el asombro de todos sus compañeros en el segundo cuarto. Nunca había dejado de cantar la hinchada ‘verde’, pero en ese momento reventó los decibelios del Palacio de los Deportes. Siskauskas, dos minutos después, redujo todavía más y comenzaba su festival individual. Ya estaban a dos y restaba muchísimo partido y la moral estaba ya desbocada. Así se llegó al empate a 52 gracias a dos canastas de Siskauskas. Había partido. Mucho partido. Y ahora la balanza se iba para el otro lado, el de la ambición y la motivación lituana. Por lo menos eso se pensaba tras recuperar una distancia máxima de 19 puntos. Todo lo dicho en el anterior párrafo quedó casi en el olvido en un minuto. Así es el baloncesto. Khryapa le dio un empujón a los rusos para desperezarlos –Kirilenko seguía trabajando en la sombra con sus 19 puntos que serían 29 al final- y volver a recuperar una distancia de 11 puntos, aunque al final Siskauskas, otro jugador clave en el encuentro, plantó el final del tercero cuarto en los finales 65-58. El que marcó al final del tercero, no perdonó en el comienzo del último. Siskauskas fusiló de tres. Pero el problema que se vislumbraba en los últimos minutos era que se veía un choque de dos colosos contra uno, de Kirilenko y Khryapa contra un Siskauskas entonado pero poco acompañado. Mientras Rusia proseguía su avalancha, los lituanos sólo aguantaban el ritmo gracias a los triples del jugador del CSKA de Moscú, que llevaba 27 puntos a ocho minutos del cierre de la segunda semifinal y concluiría con 30 bien inútiles. Otro tiro desde siete metros del lituano puso a su equipo a seis puntos (73-67). Nadie comprendía como el 8 podía jugar con la perfección por bandera con tanta soledad al lado. Pero la soledad en momento como estos es lo que tiene, que no va acompañada de la fortuna y, por ende, la victoria. Le ocurrió a Nowitzki, le ha pasada también a Parker y en esta ocasión le sucedía a Siskauskas, que en los minutos finales comenzaba a errar lanzamientos. Holden, en cambio, con un triple en parábola para evitar el tapón, devolvía los nueve puntos y sentenciaba el camino hacia la gran final del domingo. Rusia buscará la revancha de la segunda fase ante España, mientras Lituania tratará de salvar la papeleta con un bronce ante una Grecia, que, como siempre, termina los campeonatos mejor de lo que los comienza. FICHA TÉCNICA: RUSIA – LITUANIA 86 - 74 RUSIA (25, 15, 25 y 21): Samoylenko (2), Holden (18), Khryapa (15), Kirilenko (29) y Savrasenko (8) –cinco iniciales-, Pashutin (2), Morgunov (6), Monya (4), Padius (2) y Shabalkin (0). LITUANIA (12, 21, 25 y 16): Jasikevicius (5), Songaila (8), Siskauskas (30), Ksistof Lavrinovic (2) y Javtokas (3) –cinco inicial-, Kaukenas (12), Jasaitis (9), Kleiza (5), Maciulis (0) y Darjus Lavrinovic (0). ÁRBITROS: Lamonica (ITA), Muhvic (CRO) y Sutulovic (MNE) INCIDENCIAS: 8.000 espectadores en la segunda semifinal del EuroBasket 2007 en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.